Esos pequeños momentos en que crees que la vida es justa!
Entra en el vagón un tipo bronceado que, de tan tópico, hace sonreir…
– Traje: 2000 euros. Zapatos: 980 euros. Móvil con el que amenaza amargarnos el viaje:
1600 – aunque le costó menos, ya que lo compró en New York.
Va acompañado de un joven, a quien alecciona con desprecio, como si el otro no pudiera vivir sin su permiso, sabiduría y experincia. Ha pronunciado siete frases y en cada una ha sido capaz de colocar un anglicismo innecesario (es el amo del tetrix de los tecnicismos)
Está tan satisfecho de conocerse que hasta salpica…
De repente, un grupo de japoneses le muestra su billete, dos de ellos le piden de indicarles el sitio, otro que le ayude con las maletas y así, uno a uno, se dirigen a él como si fuera el empleado del vagón.
Nuestro estimado amigo, después de comprobar que todo el vagón está pendiente de la situación (o eso cree) se defiende azorado en un inglés tan macarrónico como el mío : “Exquiusmi ai don uork giar”, pero los japonesesm, muy lanzados, parecen no entenderle…
Por fin interviene el “sub-colaborador” , quien con un inglés exquisito aclara la situación. Es su mejor momento del día, o del mes, quien sabe…
El señor “Traje: 2000 euros, Zapatos: 980 euros, Móvil 1600 ve reirse a los japoneses, al resto del vagón y se percata de que la sonrisa de su compañero NO TIENE PRECIO
Eva Cantavella
AVE Barcelona Madrid
Eva, fantástico relato real !!, lástima que exitan tantos personajes como el que nos acercas, padeciendo la misma sintomatología. Creen ejercer como “líderes”, carecen de la capacidad de ser autocríticos y no admiten aprender de alguien a quien consideran inferior en escala jerárquica. Si se dieran cuenta de que su negligencia obstaculiza el crecimiento de la organización…
Bien, aquí no me extiendo, sencillamente genial. Muy bueno.
Iba engominado…?, 2-6 !!!.
Saludos.
A.
EXCELENTE!!!