¿Cómo reaccionar ante la agresividad en una reunión?
“Sin el combustible de la defensa, el ataque no puede durar mucho tiempo”. Esta frase me parece brillante e imprescindible de recordar en muchas situaciones.
Cuando en una reunión alguien nos ataca con agresividad, la primera respuesta, o al menos la más habitual, es enfadarnos y ponernos a la defensiva, generalmente contraatacando. Entramos de lleno en la escalada del “pues anda que tú” ¿Y cómo acaba la película? Spoiler: MAL
Nuestra reacción responde a la sensación de injusticia percibida ante la situación. Es normal. Si estamos en una reunión cuyo objetivo es resolver un problema determinado, cuando nos atacan agresivamente en público, perdemos rápidamente la objetividad (si ésta existe realmente) desviándonos del verdadero objetivo de la reunión.
¿Qué nos convendría hacer?
Una opción sería indagar honestamente con preguntas que obliguen al “atacante” a poner ejemplos concretos. Ejemplo: ante un “tu nunca me envías la información importante” lo más efectivo sería preguntarle con tono conciliador, pero sin caer en el tono buenista de manual barato, algo parecido a: “No soy consciente de ello, pero para que no vuelva a pasar ¿podrías ponerme ejemplos de esta última semana, de información vital que no hayas recibido?
Otra opción (aunque es más fácil decirlo que hacerlo) es buscar un ápice de concordancia para responder. Ejemplo “Nunca me prestas atención” podría responderse con un “Es cierto que a veces puedo dar esa sensación, especialmente cuando estoy bajo una presión importante como…” Eso sí, sin sarcasmo y con naturalidad.
En ambos casos la emoción del atacante perderá así presión y podremos pasar a la fase que nos devuelve a la efectividad: el análisis.
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