Se ve que…
Hay un refrán africano que me encanta que dice “se puede esconder el fuego, pero ¿qué se hace con el humo?”
Es comprensible e incluso responsable, que enpuntuales y muy breves momentos, las organizaciones sean “carceleras” con el manejo de la información. Se puede entender. Sin embargo, todos necesitamos sentirnos informados (no saturados de datos, que no es lo mismo) y cuando esta información no llega, esa necesidad la cubrimos intentando imaginar qué es lo que ocurre “en realidad”…
Siempre aparece uno que oyó una conversación telefónica, otro que vio a alguien muy preocupado, otro que ahora entiende por qué Juan no mira últimamente a los ojos, otro que leyó más o menos que… y así hasta el infinito y más allá. Todo parece cuadrar.
De modo que, aunque se pueda esconder el fuego, antes de que el humo quizá haga suponer un incendio de mayores dimensiones de las reales, será conveniente reunir al equipo y dar la información que éste necesita. En caso contrario, aténgase a las consecuencias de la intoxicación por la inhalación de rumores tóxicos.