¿A qué narices se refiere?
A veces estamos conversando internamente y de pronto nos dirigimos a nuestro interlocutor e iniciamos la conversación en el punto exacto en que se halla nuestro diálogo interno. No somos conscientes de que para que la otra persona entienda de qué narices estamos hablando, requiere que lo situemos previamente en un contexto.
¿No habéis/os han soltado alguna vez frases del estilo :
- “de lo del otro día, al final nada”
- “¿recuerdas lo que te dije el otro día? Pues tenía razón.”
- “¿Cómo lleváis lo vuestro?”
- “Lo de Luis, ¿tú cómo lo ves?
- ¿Estás de acuerdo con lo que dijo Miguel?
En función de la respuesta, acabamos pensando que el otro vive en una nube, cuando en realidad somos nosotros quienes le estamos hablando desde la nuestra.
Al introducir una reunión a veces olvidamos situar a los participantes en un marco referencial adecuado que les permitirá entender mejor el objetivo y no montarse su propia película (¡aquí mereceríamos un óscar!)
En otras ocasiones explicamos una situación de problema en la que nos hallamos, confiando en que el otro “adivinará” que le estamos pidiendo ayuda. ¡Mal otra vez!
Es preferible preguntar lo que necesitamos saber o pedir explícitamente lo que queremos, que esperar que el otro lo intuya.
Hola Eva! Cómo sabes, esto ocurre mucho en las organizaciones. Se te queda cara de tonto cuando tienes un jefe al que le has de jugar a las adivinanzas cuando usa esas expresiones. Todo es urgente para él, sin darse cuenta de lo que ganaría contextualizando lo que dice.
Saludos!!!
Reconozco Carlos que no sólo lo he vivido en organizaciones : a veces a mí también me pasa, especialmente en casa… 😉
Un abrazo
También, también…!!! Entono mi mea culpa, también…!