“Es que” no hay tiempo de preparar las reuniones…
Es evidente que en muchas ocasiones surge aquella incidencia o situación imprevista, urgente e importante, ante la cual sería absurdo respetar todas las normas de convocatoria oficial (antelación óptima de una semana, confección del orden del día, etc.….). Hay que actuar YA y para ello hay que REUNIRSE YA.
Estamos ante una situación de crisis y habrá que adaptarse.
Sin embargo, el riesgo que conlleva este tipo de funcionamiento, es que uno se puede acostumbrar a prescindir de esas “formalidades” y acabe por actuar como si todas las reuniones fueran de “apaga fuegos”, saltándose así a la torera, esos requisitos de buenas prácticas.
Estas inercias las constatamos en un número alarmante de organizaciones y podemos comprobar cómo la realidad no siempre justifica tales actuaciones.
Preparar una reunión no es una carga, es el camino directo al éxito de la misma.
Es cierto Eva! Siempre hay que partir de un esquema, aunque sea breve. Es importante tenerlo para no desviarse y llegar a buen puerto.