EL DÍA QUE ME VAYA …
Quien no ha pensado alguna vez : “El día que me vaya, no les va a gustar oír lo que les voy a decir…”
Doble error :
-Primero, porque desafortunadamente el día que uno se va de una empresa no suele decir gran cosa…. El porcentaje es similar al de la presentación de quejas (menos de un 10% de los clientes insatisfechos plantea una reclamación, lo que no les impide comentar con terceros su experiencia…)
-Segundo, porque a la empresa le interesa (o debería interesarle) oír todo lo que el empleado ha ido “registrando” a lo largo de su paso por la misma…
La empresas españolas interrogan cada vez más a sus empleados – aunque un estudio efectuado por PR3 International situaba España entre los últimos de la fila en cuanto al uso de esta herramienta de gestión – acerca de su visión y opinión sobre la empresa (índices de satisfacción del empleado, medición del clima laboral, evaluación de mandos, etc…), ya que son conscientes de lo útil y a veces sorprendente que resulta dicha información.
Sin embargo, la mayoría de la empresas desaprovechan un momento privilegiado para recabar información : el momento de la partida de alguno de sus empleados.
Cuando alguien deja la empresa (sea cual sea la razón) se encuentra en la situación de “franqueza inmune” pues las consecuencias de sus comentarios ya no pueden afectarle. Es el momento en que la sinceridad alcanza su cota máxima.
Esta reunión podría llamarse “reunión de últimas voluntades” o “testamento” y supone la recogida de información muy valiosa.
La empresa que aprende, también aprende de sus errores, y es probable que tenga menos pudor y temor en subrayarlos alguien que deja la empresa.
Una atención especial merece la designación del receptor de estas “últimas voluntades” ya que tal elección influye tanto cuantitativa como cualitativamente en la información recabada.
La persona que gestiona generalmente el “Registro Central de Últimas Voluntades” es el Responsable de Recursos Humanos, lo que no significa que sea el más indicado para recabar esa información.
Al igual que en el Derecho de Sucesiones, existen diversos medios para la expresión de las “últimas voluntades” :
– El testamento ológrafo : Cuando el causante escribe de su puño y letra (aquí seremos permisivos y aceptaremos el ordenador…) sus últimas voluntades.
– El testamento otorgado ante Notario:
– Las funciones de Notario suelen ejercerse por un especialista externo, quien colabora a su vez en el diseño del guión.
– No obstante, no se descarta la posibilidad de nombrar un “Notario” interno, en cuya designación se aconseja intervenga el propio causante o testador.
Un empresario francés con el que colaboré, recogía estas disposiciones en el transcurso de lo que ellos denominaban “la última cena”, pudiendo el testador elegir la Notaría-Restaurante.
La forma que revestirá este trámite viene influenciada por la cultura de cada empresa, aunque a veces se descubra, precisamente gracias a este método, que la cultura que se pretende transmitir no corresponde en absoluto a la percibida por los empleados…
Señores, el día que me vaya, quizá se llevarán una sorpresa.
Hace 7 meses me fui de la empresa en la que trabajé 9 años (y no me arrepiento) y nadie me preguntó nada. Si lo hubieran hecho seguro que les habría sorprendido con un par de asuntos "calentitos", y en el fondo yo me quedé con las ganas…
Víctor
Víctor,
Estoy convencida de que las empresas pierden muchas oportunidades de obtener valiosísima información, como seguramente fué tu caso. Gracias
Eva
Es una muy buena idea aprovechar ese momento de sinceridad sin miedo a represalias. Reflexionaré en cómo llevarlo a la práctica.
Eduard