¿QUÉ HAY DETRÁS DE ESTE COMENTARIO?
Conozco algunas empresas donde NUNCA SE REUNEN (¡existen, puedo certificarlo!), aunque lo más común es el ABUSO de las reuniones.
Estas últimas se convierten en uno de los principales cronófagos (devoradores de tiempo) que complican y ahogan las agendas de los colaboradores. Los convocados acuden de mala gana y con las expectativas por el suelo. No hace falta tener poderes especiales para leer en sus caras esas sensaciones…
Aunque es justo aclarar que también conozco personas, cuya jornada laboral podría definirse como un encadenamiento de reuniones, pero que al ser éstas pertinentes y satisfactorias, no se les ocurre criticar nunca del número de reuniones.
Por lo tanto, la clara conclusión a la que llegamos es que si nuestros colaboradores se quejan de que hay demasiadas reuniones, seguramente no sólo se están quejando de su cantidad.
Si un moderador advierte reacciones del tipo “¿otra reunión?”, no puede ni debe quedarse indiferente.
Dicha reacción no sólo debe interpretarse (y luego archivarse) como el cansancio normal de las personas hacia este tipo de “eventos”, sino como un síntoma que nos permitirá diagnosticar la salud general de las reuniones en nuestro departamento o empresa.
Para que nuestras reuniones sanen necesitamos saber:
¿Hay en mi empresa o departamento la sensación de que hay demasiadas reuniones?
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Si la respuesta es negativa, evidentemente la próxima pregunta es ¿hay las suficientes?. Si es así, ¡felicidades!
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Si es positiva ¿por qué?. Y esa información sólo nos la puede dar el propio equipo.
Sólo así podré vacunarme contra las amenazas de insatisfacción de mi equipo.
Me gustaría dar un punto de vista algo diferente:
Creo que el tema está en la mala definición de reunión y en el concepto que tenemos de ésta.
Si seguimos separando la acción de "reunirse" de lo que es el día a día y la comunicación en una organización seguirá siempre viciada.
Siento discrepar de todas las metodologías para las reuniones eficaces.
No me gusta que en la empresa existan un par de salitas frias y herméticas destinadas a tal efecto donde los convocados entran encogidos de hombros sin saber a qué van o con miedos. Toda la empresa es una reunión viva.
Para más información:
Sí creo en las otras reuniones…
http://alex-elusodesimismo.blogspot.com/2010/01/si-creo-en-las-otras-reuniones.html
Gracias por compartir tu visión Álex,
A mí también me produce malestar la descripción que haces (muy real!) de la sala fría en que se entra sin saber a qué se va y con miedo…
Eva
Yo me paso el día reunido y por lo tanto acudo a reuniones buenas, malas y "peores"… Si todas fueran eficaces, seguro que no me quejaría de que hay demasiadas. Coincido totalmente contigo. Si son inútiles, dos al año pueden ser demasiadas.
Josemi Recadero
Me ha gustado lo de "peores"…